¡El mundo al revés: a mayor experiencia, menor oportunidad de empleo!

Sobre la situación en nuestro sector en general publicaba, en octubre pasado, un post titulado "Panorama de RRHH en el sector asegurador" que sigue siendo plenamente vigente.

Hoy abordo el tema específico de l@s  más expert@s por las vivencias profesionales acumuladas . Los datos son claros. Ser parado y tener más de ¡45! años es un cóctel que dificulta el acceso al mercado laboral. Esta situación crea una gran paradoja, ya que, a pesar de que las empresas demandan profesionales expertos y cualificados, la edad sigue siendo un inconveniente. Cuando se les pregunta el motivo por el que se hallan en paro, despidos, EREs o finalización de contrato son los más frecuentes.

Aunque siempre se ha dicho que la experiencia es un grado, la realidad parece desmentirlo. Me ha gustado mucho el artículo que publicaba recientemente "La Vanguardia" con el título "Después de los 50", donde se hacen una serie de reflexiones que compartimos la mayoría.


Centrándonos en el mundo del seguro, me permito personalizar para comentaros algunas experiencias prácticas de las que me siento muy satisfecho. Yo que no me considero ejemplo de nada pero si con la obligación de transmitir algunas experiencias de éxito donde he sido parte activa, por si pueden ayudar, pues creo que no solamente hace falta "predicar sino dar trigo". 
  • Hace algunos años, tuve la visión estratégica de crear un centro de atención al mutualista, mediante el uso proactivo del teléfono y el asesoramiento cruzado, en la Mutualidad en la que prestaba mis servicios. Una de las premisas del proceso de selección, fue incorporar personas de edad madura (la edad media del equipo superaba los 46 años). Pude comprobar y aún perdura con éxito después de 8 años, que las cualidades que buscábamos las encontramos: experiencia, buenos resultados, fidelidad y control emocional. Los/ las mutualistas percibían que sus interlocutores (una voz) reunían características especiales, en clave de confianza /seguridad, que marcaban la diferencia. La formación continúa y el intercambio programado de casos comentados, eran elementos favorecedores para dotar de esa calidad que tenian pero nunca va mal un refuerzo. 
  •  Más recientemente y en plena actual crisis económica, durante 5 años, en este caso en la Mutua en la que tenia la responsabilidad de ser, de nuevo, Director Comercial seguí manteniendo, en una elevada proporción, esta actuación. Además, el universo era importante. Más de 300 comerciales en nómina, con un índice razonable de rotación (unido /favorecido por un incremento medio de negocio anual del 10% cuando el resto del sector en vida tenia crecimientos negativos) que proporcionaba año a año un número significativo de nuevas incorporaciones. El resultado de los senior como nuevos empleados, muy positivo. Buenos ratios comparativos tanto cuanti como cualitativos, alto nivel de compromiso, apoyo al resto de sus compañeros, ganadores habituales de viajes de incentivos, ..... incluso rápida promoción interna en base a lo indicado (lo cual, constituyo una tremenda satisfacción por parte de quien os escribe). Sabían porque lo habían experimentado lo que "estaba pasando fuera" y no querían desaprovechar la oportunidad nueva brindada aprovechando todos los medios que se ponian a su alcance. 
Animo desde aquí a los directivos que, me consta, tienen la gentileza de leer este blog, para que incorporen este buen habito en sus estrategias de contratación (que además, aunque tímidamente, ahora tienen cierto incentivo gubernamental). Mirar decididamente a este colectivo, cuando tengáis necesidades de incorporación de personal. Cuando se incorporen a vuestra aseguradora/ mutualidad/mutua/ correduria, ya saben que el trabajo no es un juego y serán capaces de desplegar sus valores positivos en beneficio de la entidad y sus clientes.

En general y si, desgraciadamente, no queda más remedio por las famosas leyes de mercado que, algun@s, continuen en situación de desempleo, os pediría que conozcáis y, si procede, os suméis a esta petición con vuestra firma: " Aprobar una ley, que proteja a las personas mayores de 50 años que han cotizado más de 30 años y se han quedado sin trabajo".  Está dirigida a distintas instituciones con peso suficiente para atenderla. Cuando no queda más remedio habrá que poner en valor la tan citada pero poco utilizada, "justicia social". No sé si servira, pero lo que no se consigue es siempre lo que no se intenta.