¿Para qué la formación permanente en el mundo asegurador?

La formación de calidad facilitada a los miembros de una aseguradora es un valor estratégico.
Siempre que no se haga para “cumplir el expediente” y rellenar de bonitas palabras algunos documentos internos y externos de la entidad aseguradora. Parto de la base que dar formación requiere unos principios profesionales en su impartición y desarrollo (ver en este blog “¿Por qué lo llaman formación cuando quieren decir......”), apunto algunos beneficios:
  • Poderosa herramienta de captación de “fichajes de talento”. Tanto en el inicio de una carrera profesional aseguradora como en un posible cambio desde otro sector (cada día más frecuente la incorporación externa desde otras áreas de actividad) o de otra aseguradora, los candidatos valoran al máximo las ayudas para su crecimiento en forma de una política adecuada de formación personalizada. Es agotador el tener que ser siempre “autodidacta por obligación” porque la organización no pone medios adecuados a su alcance.
  • Incrementa la fidelización del “cliente interno” (empleados y mediadores). A todos nos gusta saber que se valora nuestro trabajo ofreciéndonos posibilidades de alcanzar nuevas metas o realizar mejor el desempeño de nuestra responsabilidad laboral. Esta inversión que realiza la empresa todos sabemos que genera confianza.  Siempre va a constituir un poderoso freno al cambio de organización para el- la buen
    profesional.
  • Aumenta la profesionalidad, evitando acciones de soporte y revisión permanente. El conocimiento óptimo, serio y profundo de los temas en los que desarrollamos una actividad, nos da soltura y la correspondiente rapidez sin errores. Las ayudas se convierten en aliadas convenientes pero no un "colchón" continuo.
  • Favorece el lanzamiento de nuevas soluciones en nuestra gama de seguros. Una organización cuy@s colaboradores tienen la competencia necesaria y están acostumbrados a mantener buenos hábitos de revisión continua de conocimientos mediante la información y la formación continua, el lanzamiento de una solución que amplíe/ mejore nuestra oferta para dar mejor cobertura a las necesidades de nuestros clientes, recibirá siempre
    con aplausos y entusiasmo este avance. Saben que hay que adaptarse y hacer cambios continuos para ajustarse al mercado. Están alineados en una filosofía de evolución permanente a nivel personal por la filosofía de generación interna de nuevas habilidades mediante reciclaje profesional periódico.
  • Capitalizar una exigencia legal. Afortunadamente, este sector tiene marcado, tanto para mediadores, como para empleados en nómina, unos requisitos de número de horas suficiente en esta materia. La clave es ofrecer lo más útil para el desempeño de las distintas funciones, “limpiando el grano de la paja” en las materias a impartir. Ahí está la inteligencia de los responsables de la formación y los directivos para determinar tanto la selección de posibles proveedores externos (sin olvidar la capacitación de los internos) y los contenidos precisos (y su enfoque personalizado a la organización).

Con el rigor necesario de contenidos pero con la necesaria orientación práctica, me apunto al razonamiento atribuido a Confucio: “Lo que me contaron, lo olvidé. Lo que vi, lo entendí. Lo que hice, lo aprendí.”